Raffa Martínez es músico-percusionista y artista plástico. Dedicado desde hace más de una década a la integración del arte y la espiritualidad, con la música como principal vehículo de expresión. Formado como percusionista en África del Oeste ha participado en numerosos eventos y festivales folklóricos y tradicionales de todos los continentes, siendo miembro integrante de diferentes agrupaciones musicales, acompañando a su vez a artistas de talla internacional (Guem, Mamadou Kante, Bambara, Gowlé Yiri, Mankava…)
Su inquietud y búsqueda interna le llevan a incorporar la música y el arte con su práctica espiritual, desde la meditación y el Yoga hasta la realización de pujas (fuegos védicos), Bhakti y Mantra Yoga para ser iniciado posteriormente en el cuarto nivel de la tradición mística andina de mano de los sacerdotes Q’eros, pueblo descendiente de los Inkas. Su propuesta artística ceremonial tiene como propósito servir a la comunidad en y hacia el despertar de la conciencia. Raffa Martínez es también músico acompañante de artistas pertenecientes a la corriente del Kirtan, Bhakti Yoga y Spiritual Music, referentes internacionales como Ajeet Kaur, Jai Uttal, Mirabai Ceiba, Peia, Tina Malia, Nessi Gomes, Brenda McMorrow, David Newman…
Este artista catalán desarrolla su potencial humano para manifestar y plasmar belleza, sensibilidad, conciencia y arte, ofreciendo espacios de meditación, cantos devocionales, Kirtan, Bhakti Yoga, canciones de medicina y mantras.
Raffa se formó como yoga siromani en “The international Sivananda Yoga Vedanta Center” e imparte talleres, retiros y sesiones de Danza Totémica dentro del marco de la Escuela de Arte Espiritual ANKAKUNTUR, de la cual es co-creador y director. Siempre comprometido con la evolución de la conciencia individual y colectiva, su dedicación y entrega tienen como resultado la creación de espacios de conexión interna, embellecidos siempre por el arte floral (mandala) que este artista multidisciplinar ofrece en cada concierto, como un sello inconfundible. Su corazón y su altar palpitan desde la presencia física como escenografía, imprescindible para un encuentro mágico, impregnado de música, canto, vida y conexión integral con lo que somos y nos rodea. Es su propósito servir desde el Amor, por el Amor y para el Amor.